jueves, 11 de agosto de 2011

una tarde

... y entonces, sin previo aviso, por entre las rendijas de las ventanas y por debajo de la puerta, entro Chopin, haciendose notar con una musica tan triste y opaca y por momentos tan brillante y clara que uno no podia menos que sentirse vivo, mientras el sol se apagada por entre los viselados de la sala y la luz en retirada le daba un marco a esa huida, porque la vida es musica y sin la musica uno no siente nada.

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